Si eres de las personas que revisa las redes sociales más de 300 veces al día, ves el teléfono móvil antes de dormir y en cuanto despiertas, te escapas de casa para jugar Pokemon Go, y eres capaz de quedarte despierto toda la noche viendo videos en YouTube, es posible que seas un ciberadicto.
Aunque el tema puede que no te cause miedo, debes saber que este comportamiento compulsivo puede provocarte lo que se conoce como estrés digital.
El estrés digital, también conocido como la «enfermedad del siglo XXI» lo vivimos a diario. Estamos conectados a toda hora, siempre disponibles y dominados por una compulsión a revisar continuamente el «mail» y las redes sociales, vivimos una época en que las demandas crecientes de la vida virtual comienzan a tener impacto en la salud: problemas de sueño, dolores de cabeza, ansiedad y angustia son trastornos frecuentes.
En los países desarrollados, la adicción al internet y a los gadgets es tan severa que en Estados Unidos el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders ha identificado un nuevo síndrome: Internet adiction disorder (AID) o problematic internet use (PIU).
Especialistas en las ciencias de la salud han lanzado varias alertas sobre el uso indiscriminado de los gadgets y del constante abuso que hacen algunas personas del internet, sobre todo los jóvenes. Hemos visto como la presión social de las redes provoca comportamientos y cambios de conducta que algunas veces tienen consecuencias que atentan contra la vida de las personas.
¿Cómo no abrumarnos por el bombardeo virtual?
En 1960 las personas pasaban 5 horas diarias expuestas a los medios de comunicación.
En el 2011 le dedicaba el doble de tiempo y hoy estamos conectados más de 12 horas diarias.
Además, las personas visitan 40 páginas web al día y cambian de una actividad a otra aproximadamente 36 veces por hora, es decir realizan una actividad más de una vez cada dos minutos.
Expertos señalan que es importante tomar descansos a lo largo del día, evitando el uso de cualquier medio de comunicación por un tiempo y relajándote. Es mejor realizar de manera óptima, una o dos tareas. Ya que al sobrecargar tu cerebro, la eficacia y rendimiento descienden y no las realizas correctamente.
Hay otras cosas más que podrían ocurrirte ya que la constante exposición al estrés lleva a las personas a sufrir el síndrome del Burnout, que es un padecimiento que provoca fatiga crónica entre otros síntomas.
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh publicaron en el 2015 un estudio que relaciona el uso de las redes sociales con trastornos del sueño.
Durante un años 1,700 jóvenes entre 19 y 32 años de edad fueron monitoreados.
Un primer grupo utilizaba las redes sociales en un promedio de 61 minutos todos los días y unas 30 veces por semana. Un segundo grupo pasaba 121 minutos en las redes diariamente y revisaba sus cuentas alrededor de 58 veces a la semana.
El 60% de los participantes del primer grupo dormía sin dificulta, mientras que el 30% del segundo grupo tuvo un alto grado de dificultad para dormir, así como otros graves trastornos del sueño.
Según el doctor Brian Primack, coautor del estudio, las plataformas sociales son adictivas y es difícil dejarlas a un lado para irse a dormir. Además de eso, la luz azul emitida por los aparatos electrónicos como los celulares interrumpe la producción de melatonina, la hormona que hace sentir sueño.
Para ayudar a quienes no pueden vivir sin internet ya existen centros de rehabilitación en Estados Unidos y China que utilizan la técnica de los 12 pasos para ayudar a las personas a salir de la dependencia a los gadgets y las redes sociales.
Aunque las reuniones de 12 pasos proporcionan un entorno favorable, el corazón del programa son los 12 pasos. Cualquier persona que asista a un programa de 12 pasos debe considerar trabajar los pasos.
Los 12 pasos de promueven el cambio, dándonos las tareas que se pueden lograr, y nos recuerdan que tenemos que hacer algo para cambiar.
1- ingobernables [sin Dios]
Este paso nos introduce a la libre honestidad y humildad. Tenemos que admitir que necesitamos ayuda. Este es el paso de la conciencia. Es una preparación para invitar a la curación espiritual en nuestras vidas.
2 – Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.
Este paso nos trae esperanza. Admitiendo nuestra impotencia se desinfla el ego. Esto puede ser muy atemorizante.
¿Qué vamos a hacer si somos impotentes ante una enfermedad que amenaza la vida?. La respuesta a este dilema es el segundo paso. Sí, estamos locos, pero hay un poder superior a nosotros mismos que puede hacerse cargo del problema ? maravilloso.
Cuando tomamos este paso, reconocemos que la espiritualidad nos puede sanar.
3 – Tomamos la decisión de poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
La curación viene de una relación con un Poder Superior. Para comenzar esta relación hay que rendirse. El ego odia esto.
Esta entrega comienza con la decisión de poner nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios. Esto es crucial. Es como ponernos en las manos de un médico una vez que hemos descubierto que tenemos una enfermedad potencialmente mortal.
4 – Hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos sin miedo.
Este paso es como un diagnóstico de nuestro problema. Cuando los médicos están en busca de una cura comienzan a aislar el virus que está causando la enfermedad. Debemos hacer lo mismo.
Hay que tener una buena mirada dura a nosotros mismos. Tenemos que aislar valores distorsionados, pensamientos y comportamiento. Tenemos que buscar y escribir acerca de todos los rasgos de personalidad negativos que causan los problemas. Conscientemente debemos definir lo que hay que cambiar si queremos sanar. Debemos saber qué partes de nosotros mismos queremos conservar y qué partes queremos eliminar. Algunas personas llaman al cuarto paso un plan para el cambio.
5 – Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestros defectos.
En este paso se comparte o confiesa la información negativa que hemos recogido en nuestro cuarto paso.
Nosotros compartimos esta información con “nosotros mismos” (esto representa auto-honestidad), “Dios”, (lo que representa nuestro inconsciente), y “otro ser humano”, (lo que representa el mundo).
Este paso está diseñado para ayudarnos a compartir nuestros secretos. Los secretos son un subproducto de la vergüenza. Tienen que salir de su escondite si vamos a sanar. En las reuniones de 12 pasos se oye decir que somos “enfermos como nuestros secretos”.
6 – Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
Este paso promueve la preparación. Se nos recuerda por este paso que, si bien estamos conscientemente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos, inconscientemente nos aferramos a ellos por miedo y hábito.
7 – Humildemente pedimos a Dios que nos liberase de nuestros defectos.
Este gesto reconoce la superioridad de nuestro Poder Superior. Nos recuerda que él o ella puede hacer por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos.
Este paso, en forma de una oración, también ayuda a transformar nuestra voluntad consciente en una voluntad inconsciente. Cuando el deseo se convierte en conciencia arraigada en nuestro inconsciente empezamos a cambiar.
8 – Hicimos una lista de todas las personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar a todas ellas.
Este paso está diseñado para ayudarnos a dejar de lado la culpa residual. Se promueve la honestidad y el cambio.
Es una expresión de nuestro deseo de dejar el pasado atrás y empezar de nuevo mediante el reconocimiento de los errores que hemos cometido. También es una forma sencilla de organizarse para el noveno paso.
9 – Reparamos directamente a cuantos nos fue posible, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.
Este paso es cómo poner en práctica nuestro deseo de dejar el pasado detrás de nosotros y dejar de lado la culpa residual. Se necesita coraje para dar este paso.
10 – Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.
Este es el primero de los “pasos de mantenimiento”. Al igual que el paso once y doce, este paso está diseñado para ayudarnos a mantener lo que hemos ganado en los nueve primeros pasos (auto-respeto, la paz de la mente, la libertad de la adicción, etc).
En este paso periódicamente replanteamos lo que estamos haciendo y tomamos nota de nuestras malas acciones. Entonces admitimos nuestros errores y hacemos las paces.
Este paso es crucial si queremos evitar la regresión.
11 – Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente conocer la voluntad de Dios para nosotros y la fortaleza para cumplirla.
Este paso nos ayuda a mantener y mejorar nuestra condición espiritual. Para ello, nos recuerda la práctica de las disciplinas espirituales. Esto es lo que nos mantiene en remisión.
La espiritualidad es un estado de ánimo, pero al igual que la atrofia de los músculos sin ejercicio, la espiritualidad crecerá débil sin la oración.
12 – Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los adictos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
Para mantener lo que hemos conseguido, tenemos que darlo nuevamente.
Los aparatos favoritos
Los artefactos digitales preferidos son: teléfonos móviles, ordenadores, laptops, reproductores mp3 y las consolas de videojuegos.
En la primera mitad del 2015, Facebook reportó en Panamá 1.4 millones de personas activas por mes, de las cuales 1,3 millones entraron por el móvil y 900 mil se mantenían activas diariamente. Eso es 2 veces más que la audiencia de televisión en “prime time”.
En Centroamérica las personas consumen un promedio de 6 horas de internet, 4 horas de televisión y 3 horas en el móvil. Panamá está por encima de estos resultados.
Por otra parte, en este mismo periodo de tiempo, Google reportó que en Panamá una persona realiza un promedio de 224 búsquedas diarias. De éstas, 56% se hacen a través del móvil.
Además señala el informe que el 58% de los videos de YouTube en Panamá se ven en el móvil.
¿Cómo evitar los problemas del estrés digital?
Concentrarse solo en dos actividades como máximo, para ello debes limitar la cantidad de veces en las que revisas el correo electrónico y las redes sociales, esto implica dedicar solo un momento del día para esta actividad.
Si se realizan dos tareas simultáneamente, deben ser similares. Si es necesario enviar correo, también debe dedicarse un momento particular para ello y además, enviar los mensajes en lotes.
Tomar descansos, porque a partir de cierto momento te vuelves inútil. No se debe utilizar ningún artefacto mientras se toma el descanso.
Dejar la actividad de redes sociales una hora antes de acostarse.
No revisar las redes en la mitad de la noche, si te despiertas para ir al baño.